Ya no hay marcha atrás, puedes oler el sudor de los torsos desnudos, el polvo y la humedad del sótano donde te encuentras y el olor a sangre, que aún permanece en el ambiente. Como una promesa más que una amenaza, una promesa de que todo es real y de que pronto serás tú el que hagas sangrar y el que sienta dolor. Pero este dolor es físico. No hay discusiones. Nadie te echa la bronca ni te presiona para que termines tu trabajo a tiempo, puedes olvidarte del horario, de las obligaciones, los atascos, la moda, de si estás en forma o debes ponerte a dieta, visitar al médico… Todo se olvida para concentrarte en los golpes. Entonces sientes que de verdad estás vivo, que de verdad eres un ser de carne y hueso que lucha y se resiente. Ya no eres solo un trabajador, eres una persona viva
28 may 2012
Ya no hay marcha atrás, puedes oler el sudor de los torsos desnudos, el polvo y la humedad del sótano donde te encuentras y el olor a sangre, que aún permanece en el ambiente. Como una promesa más que una amenaza, una promesa de que todo es real y de que pronto serás tú el que hagas sangrar y el que sienta dolor. Pero este dolor es físico. No hay discusiones. Nadie te echa la bronca ni te presiona para que termines tu trabajo a tiempo, puedes olvidarte del horario, de las obligaciones, los atascos, la moda, de si estás en forma o debes ponerte a dieta, visitar al médico… Todo se olvida para concentrarte en los golpes. Entonces sientes que de verdad estás vivo, que de verdad eres un ser de carne y hueso que lucha y se resiente. Ya no eres solo un trabajador, eres una persona viva